Es una medida de la importancia o relevancia de un sistema, proceso o componente en relación con su función en un contexto más amplio.
La criticidad se utiliza para identificar aquellos elementos que, si fallan o son comprometidos, pueden causar daños significativos o interrupciones importantes.
La valoración de la criticidad implica evaluar el potencial de impacto en términos de seguridad, operaciones, finanzas, reputación y cumplimiento normativo.
Este factor es esencial para la gestión de riesgos y la planificación de la continuidad del negocio en el campo de la ciberseguridad.