Técnica utilizada en ciberseguridad que consiste en recolectar y analizar información específica de un sistema, red o dispositivo para identificar sus características únicas.
Esta información puede incluir datos de software, como tipo y versión de sistema operativo o navegador, y de hardware, como resolución de pantalla o presencia de ciertos periféricos.
Esta técnica puede emplearse con fines legítimos, como personalizar servicios, pero también puede ser utilizada por actores maliciosos para identificar potenciales vulnerabilidades y lanzar ataques más precisos y efectivos.