En el contexto de la ciberseguridad, se refiere al rastro de información digital que un sistema, red o empresa deja en el ciberespacio. Este rastro puede ser recopilado y utilizado para planificar y ejecutar ciberataques.

La información puede incluir detalles técnicos, como direcciones IP, nombres de dominio, y metadatos de correo electrónico, así como información menos técnica, como publicaciones en redes sociales, listas de empleados, y comunicaciones corporativas.

La recolección de esta información, también conocida como footprinting, es un paso crucial en el proceso de reconocimiento, que los ciberdelincuentes utilizan para entender y mapear el entorno de seguridad de su objetivo antes de lanzar un ataque.