Es una estrategia de ciberseguridad que tiene como objetivo fortalecer los sistemas, reduciendo sus vulnerabilidades y limitando la exposición a amenazas potenciales.
Este proceso implica varias acciones, como desactivar funciones, servicios y aplicaciones innecesarias, restringir los privilegios de los usuarios y aplicar configuraciones seguras por defecto.
El objetivo final del hardening es crear un ambiente de sistema robusto y seguro, reduciendo las posibilidades de explotación por parte de actores malintencionados.